Suele suceder que tenemos tanto por escribir en nuestras mentes pero al final nada converge, algo muy común en este medio; pero lo importante es tener la disponibilidad y apertura a escribir y borrar muchas veces antes de poder tener un producto que sea agradable a ti y sobre todo que pueda ofrecer algo de valor a quienes te rodean.
Puede parecer un absurdo pero al hablar de un bello accidente por más que usemos cualidades positivas o poéticas nada, absolutamente nada le quita la esencia de lo que un accidente es; recapitulemos por un segundo lo que puede involucrar un accidente: en primer lugar tenemos que un accidente es evento inesperado, algo que no estaba en el ideal de nuestro diario vivir y que irrumpe de un momento a otro; segundo, tenemos que un accidente también es un reto pues nos pone ante una pregunta clara: ¿Y ahora qué hago? la respuesta a esta pregunta ya dependerá de cada uno de nosotros y en tercer lugar, un accidente corresponde a una evaluación de nuestra vida, ya que ante eventos inesperados la llamada siempre será a revisar si como hemos vivido nos ayuda a sobreponernos a cualquier eventualidad.
En resumen de lo anterior podemos decir que un accidente es algo inesperado, un reto y momento de evaluarnos; ahora bien estos tres elementos que utilizo como referencia no se encuentran en el manual de los accidentes para dumies sino que, han surgido de mi constante ensayo y error pues al final de eso trata estar vivo, reinventarse minuto a minuto para dar respuesta a cada nuevo desafío que surge en nuestro diario andar.
Ahora bien, ¿todo esta antesala a dónde nos debe llevar? Digamos que nuevamente no tengo la respuesta, pues cuando de vivir la vida se trata cada quien escribe y posee su propio manual de usuario en donde algunas secciones podrán ser más extensas que otras; de momento lo que sí estoy seguro de que en mi manual cada nueva hoja que leo tiene una sorpresa para mi.
En uno de estos días mientras repasaba el mismo, encontré una página que escribí hace unos cuantos días y en la cual decía: son tus emociones lo más real que posees, no le huyas y vive sin miedo junto a ellas; guarde silencio por un minuto y me di cuenta que puede sonar simple, pero cuando crecemos creyendo que nuestras emociones son: bien, mal, normal y excelente , no es tan fácil aprender a identificar y vivir junto a ellas, mucho menos ser agradecidos con ellas, pues al igual que los accidentes estas emociones pueden ser tan inesperadas en la vida, que ponen a prueba todo nuestros sentidos.
¿Por qué entonces hablar de un bello accidente? Simple pues nuestra vida se trata de aprender a ver la belleza de las cosas en su forma más simple, pues es esa simpleza su virtud; solemos ahogarnos en la rutina de las cosas y enfermarnos por solo pensar en forma trágica cada evento de nuestras vidas, pero ¿qué hacemos para salir de ahí? Ver cada instante de nuestro acontecer diario, con la misma urgencia con la que intentamos solventar accidentes nos llevará a entender que nuestra actitud es un campo inmenso que debemos abonar constantemente, pero abonarlo con nuestras emociones pues cada una de ellas la alegría como un momento mágico e inigualable, la tristeza como el momento de ser vulnerables para levantarnos con valentía, el enojo como un momento de defender algo que es valioso para nosotros y así sucesivamente, pues todo llega a nuestra vida como accidentes y aun cuando nos sintamos preparados el corazón y la mente siempre nos recordaran lo vivo que están acelerándose y dejándote una nueva emoción.
Quisiera finalizar este documento, pero la verdad es vuelvo la mirada a mi vida y veo que cada vez me expongo a más accidentes ¿Y por qué? Sería la pregunta obligada a esta pregunta, y mi respuesta simplemente será: porque me di cuenta que estoy hecho para la eternidad, y la eternidad la ganamos luchando por ser felices e ir tras cada uno de nuestros sueños, y no los sueños que se acaban cuando te caes de la cama, sino sueños que palpitan y piden de ti lo mejor, aquellos que se graban con amor en la vida de un extraño.
Hoy he tenido un nuevo bello accidente, y el mismo lleva tu nombre y ha leído cada una de mis líneas sin pensar toparse con este regalo que tenía guardado para el, tu mi querido y bello accidente no olvides que juntos podemos encontrarnos en la eternidad, solo necesito que confíes y te lances a vivir ¿Te atreves?
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