Yo siento que cada día que pasa acá es un paso más que doy para asimilar el cambio. En lo personal, muchas veces me han surgido ideas que me parecen emocionantes y diferentes, pero es justo ese miedo a lo diferente lo que hace que no las llegue a plantear o ejecutar. Acá me preguntaron: ¿qué pasaría si propones un esquema diferente para algo que ya lleva automatizado demasiado tiempo? ¡Falacia! ¡Si siempre se ha hecho así! ¿Para qué cambiarlo? Hoy me enteré de que el Papa Francisco en una de sus homilías en Santa Marta (las cuales debo admitir que hace mucho no escucho) dijo que el pecado de adivinación va también por la onda de rechazar nuevos esquemas, esos que inspiran cambio. Y aquí va la frase que encierra lo que he aprendido hoy: «Hay que abrirse a lo distinto»…
Yo soy completamente diferente a ti en gustos, quizás creencias y estilo, sin embargo, en mi rol de evangelizador, ser distinto no debe jamás alejarte del otro. O como dijeron en clase: tus convicciones no deben alejarte de lo distinto. Y un claro ejemplo de aceptar y lanzarse a lo nuevo es lo que Jesús le pide a sus apóstoles cuando van a predicar: «Que adonde vayan coman lo que les den». Suena como algo fácil de cumplir, pero recordemos que todos los discípulos eran judíos, es decir, fregadísimos con la comida. Como otra reflexión, debo admitir que esta experiencia me ha hecho darme cuenta que soy de esos terribles católicos que no leen la Biblia entre líneas, cuando acá he descubierto que muchos de los mensajes importantes están en los pequeños detalles. Por ejemplo: ¿qué carrizo hacía un endemoniado dentro de una sinagoga poseyendo a alguien? (Ese relato lo encontramos al inicio del evangelio de Marcos por cualquier duda). A simple lectura pues está ese personaje ahí para que Jesús haga lo suyo, pero de trasfondo nos hace cuestionarnos que la sinagoga (es decir la iglesia hoy en día o templo) estaba hasta el «tape» porque su gente no era el ejemplo a seguir tampoco. Y puedo concluir esta serie de ideas que me han atormentado la cabeza poco a poco hoy con lo siguiente: es pecado que pudiendo ser el mejor hijo, padre, amigo, esposo, profesional, laico o sacerdote, te conformes con ser eso a medias. ¡Boom! He aprendido que la propuesta de Jesús es anti natural… pero es que abrirse a lo distinto y eso que te reta es lo que santifica tu alma.